La fiscalía pidió la pena de muerte para el único acusado, el uzbeco Sayfullo Saipov. La sentencia se conocería en marzo
“Vi una camioneta que venía muy rápido por la bicisenda, escuché un sonido metálico muy fuerte y vi un objeto que voló en el aire…cuando el objeto voló por el aire me di cuenta que era una persona”, relató Anita McGraw en su declaración como testigo en el juicio contra Sayfullo Saipov por el atentado terrorista de Nueva York en el que murieron 5 argentinos. McGraw regresaba en taxi a su casa por la calle Chambers y al llegar al cruce con West, a la altura del puente de Tribeca, en el sudoeste de Manhattan, vio el final del raid criminal de Saipov, un terrorista uzbeco que cometió el ataque en nombre de ISIS. Anita McGraw se bajó del taxi y trató de ayudar como podía. “Me acerqué a la persona que había visto volar por el aire, estaba tirada con los ojos abiertos y el cuerpo muy deteriorado”, dijo entre sollozos en el estrado de la Sala 24 B de la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
El 31 de enero de 2017, Sayfullo Saipov fue a rezar a la mezquita Omar lindante con el terreno donde está ubicada la casa donde vivía, en la ciudad de Paterson en Nueva Jersey, luego se dirigió a un local de Home Depot donde alquiló una camioneta con la que cruzó a Manhattan. Circuló por la avenida West y al llegar al muelle 40 ingresó a la bicisenda paralela al río Hudson. A los pocos metros, a una velocidad de más de 100 kilómetros por hora, atropelló a un grupo de ciclistas matando a 8, entre ellos 5 argentinos que habían viajado a Nueva York para celebrar los 30 años de egresados del Colegio Politécnico de Rosario. Las cinco víctimas argentinas son Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi.
El terrorista continuó a toda velocidad hasta que chocó con un bus escolar. Se bajó del vehículo, con dos pistolas -una de paintball y otra de perdigones- en las manos y cuatro cuchillos entre la ropa, hasta que fue detenido por un policía que lo hirió en una pierna.
El 9 de enero pasado comenzó el juicio contra Sayfullo Saipov en la Corte del Distrito Sur de Nueva York frente al jurado que deberá decidir si es culpable o inocente y si acepta el pedido de pena de muerte que hizo la fiscalía. En la primera semana del proceso, que es presidido por el juez Vernon Broderick, declararon una agente especial del FBI que interrogó al terrorista pocas horas después del hecho, varios testigos presenciales del hecho y los sobrevivientes del ataque.
Joana Maduro, agente especial del grupo antiterrorista del FBI y la primera persona en interrogar a Saipov, declaró que el uzbeco le dijo que recibió la instrucción para el atentado por un video de Abu Bakr Al Bagdadi, líder por ese entonces de la organización terrorista ISIS. Además contó que Saipov confesó que durante las tres semanas previas al ataque mantuvo conversaciones a través de la plataforma Telegram con partidarios de ISIS que estaban en Irak y Siria, además de ver videos del grupo terrorista.
En la tercera jornada del juicio declararon tres de los amigos rosarinos que sobrevivieron al atentado. Uno de ellos, Iván Brajckovic, relató que después del choque comenzó a buscar a su compañero Ariel Erlij y logró verlo junto a un arbusto. “Lo escuchaba respirar con dificultad, estaba inconsciente, parecía ser una herida muy grave.” Cuando lo vio respirar con dificultad decidió ponerlo boca arriba y hacerle respiración boca a boca y masaje cardíaco. “Le gritaba pero no respondía…en el hospital me enteré que no había sobrevivido”, declaró Brajckovic.
Sayfullo Saipov está alojado en el Metropolitan Correctional Center, la segunda prisión de mayor seguridad de los Estados Unidos, llamada por algunos la “Guantánamo de Manhattan”, ubicada a pocos metros de la Corte neoyorkina. Allí estuvieron, entre otros, el jefe narco Joaquín “el Chapo” Guzmán y Bernard Madoff, ex presidente de un fondo de inversión con el que cometió una estafa 20 mil millones de dólares con un sistema Ponzi.
Para asistir al juicio, Saipov es trasladado por pasillos subterráneos que conectan la prisión con la sala de audiencias. El proceso continúa con las declaraciones de nuevos testigos y desde el despacho del juez Broderick calculan que la sentencia se conocerá en el mes de marzo.